Bandera negra para el Comité de RegatasA casi nadie nos gusta hablar del Comité de Regatas. Es como lo de los jueces y los árbitros. Hay que respetar y acatar. Y además, por lo general, es gente que pone la mejor voluntad para que los demás nos podamos divertir con lo que más nos gusta hacer: navegar. Pero lo de la Copa Castro 2009 merece un repasillo.
Buena organización, sol, temperatura veraniega, viento y abundante participación. Los mejores ingredientes para un pésimo cocinero: el Comité de Regatas.
Para empezar, el sábado llegaron a montar el campo de regatas poco antes del momento en que debía de darse la salida, si bien es cierto que todavía no había viento. Pero no es excusa. Afortunadamente, enseguida empezó a soplar y el comité, como era de esperar, a por uvas. Posteriormente, necesitaron más de una hora para montar mal una boya de desmarque que no estaba ni mucho menos perpendicular a la línea de salida. Y para rematar izan el numeral dos, es decir, el recorrido corto en un día excepcional.
- ¡IROS A PASEO!, gritaba un tripulante.
Y lo del domingo es para nota. Más de una hora para montar un barlovento-sotavento mal puesto. Pero no se lo pierdan, cuando llegaba el primer barco en tiempo real, el Maitena, la línea de llegada estaba sin montar y pararon el cronómetro a ojo de buen cubero. Y para rematar, habiendo soplado durante casi toda la regata un viento superior a los 10 nudos, a todos los j80 y First Class 8 les superó el tiempo máximo para cruzar la meta. El comité estableció un tiempo límite (2 h. 30') sin ningún criterio.
Vaya forma de estropear un evento tan especial como es la centenaria Copa Castro.
Buena organización, sol, temperatura veraniega, viento y abundante participación. Los mejores ingredientes para un pésimo cocinero: el Comité de Regatas.
Para empezar, el sábado llegaron a montar el campo de regatas poco antes del momento en que debía de darse la salida, si bien es cierto que todavía no había viento. Pero no es excusa. Afortunadamente, enseguida empezó a soplar y el comité, como era de esperar, a por uvas. Posteriormente, necesitaron más de una hora para montar mal una boya de desmarque que no estaba ni mucho menos perpendicular a la línea de salida. Y para rematar izan el numeral dos, es decir, el recorrido corto en un día excepcional.
- ¡IROS A PASEO!, gritaba un tripulante.
Y lo del domingo es para nota. Más de una hora para montar un barlovento-sotavento mal puesto. Pero no se lo pierdan, cuando llegaba el primer barco en tiempo real, el Maitena, la línea de llegada estaba sin montar y pararon el cronómetro a ojo de buen cubero. Y para rematar, habiendo soplado durante casi toda la regata un viento superior a los 10 nudos, a todos los j80 y First Class 8 les superó el tiempo máximo para cruzar la meta. El comité estableció un tiempo límite (2 h. 30') sin ningún criterio.
Vaya forma de estropear un evento tan especial como es la centenaria Copa Castro.
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